No pudo aguantarlo

Gimnasia al término del primer tiempo, ganaba 2 a 1 (pudo haber sido más abultado de no ser por el palo y el travesaño). En el segundo tiempo un equipo sin actitud dejó que el local se recuperara y dejó la peor imagen posible de cara al clásico. El escenario local presentaba banderas políticas, pedidos de renuncia, insultos entre platea y popular. Incluso los hinchas de river recibieron a su equipo con maíz en lugar de papelitos. La bandeja visitante casi colmada de Triperos y el aliento incondicional de siempre pero con una canción que se repitió, durante todas las variantes del resultado: “el domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”. El primer tiempo, con muchas imprecisiones del equipo local y un Gimnasia más ordenado y con actitud, se ganó merecidamente por 2 a 1 (Piatti y Neira) pudiendo haber goleado, de no ser por dos tiros que pegaron en el poste y otros dos en el travesaño. En el segundo tiempo Gimnasia ingresó al campo sin actitud y el local, con un Ortega que ingresó por expreso pedido de los hinchas, llegó al arco tripero en varias ocasiones y logró revertir el resultado, quedando en 4 a 2. Ormeño fue expulsado por Collado y no jugará el clásico platense.
De cara al clásico el panorama es preocupante. Si los jugadores repiten la actitud que mostraron en el segundo tiempo y jugando en un escenario frío como el de 25 y 32, la situación puede ser trágica. Pero en el fútbol, ya se sabe, el sábado que viene bien puede ser el renacimiento del Lobo. Cómo antecedente válido, jugando en el Bosque y ante similares circunstancias – con el equipo rival en alza y con sus simpatizantes prometiendo una vuelta olímpica – Ganamos 4 a 1. Claro, éramos locales-locales. Igualmente, el sábado próximo se viene el clásico y las estadísticas y lo previo se diluye cuando salen los equipos al campo de juego, estalla la tribuna de Gimnasia en colorido y se escribe una nueva historia que esperamos sea a nuestro favor en lo deportivo.